Origen del proyecto
Parece que no existe un tema que esté fuera del alcance del cineasta Alfonso Cuarón. Hasta ahora le hemos visto enfrentarse a una historia social con comentario mordaz, a un drama estilo novela negra, a un clásico infantil, a una visión modernista de Dickens, a una road movie cómica y a un taquillero cuento lleno de magia. Pero cualquier película suya tiene la huella de un artesano que sabe usar todas las herramientas a su disposición para plasmar una historia en la gran pantalla. Cada una de ellas, en cierto modo, ofrece al mundo una faceta de Alfonso Cuarón. Por eso no sorprende que su última realización, la adaptación de la desoladora novela “Hijos de los hombres”, de la famosa novelista británica P.D. James, también tenga algo del realizador nacido en México, y ese algo es esperanza.
El director lo reconoce: “Cuando hago una película, la ruedo desde mi punto de vista. El hecho de que yo sea un optimista se tiene que notar. El ser humano tiene un asombroso don para la destrucción, pero también es capaz de ser solidario y de resolver problemas increíbles. No me parece que HIJOS DE LOS HOMBRES sea una historia acerca de una humanidad destructiva, sino más bien de ideologías que se entrometen entre las personas y sus actos”.
Alfonso Cuarón se unió al proyecto cuando ya estaba bastante adelantado. La novela llamó la atención de la productora Hilary Shor, a la que sorprendió el cambio de rumbo de la autora (conocida por sus novelas de crímenes, mientras que esta es pura ciencia-ficción), y decidió comprar los derechos hace nueve años, poco tiempo después de fundar la productora Hit and Run Productions. “Fue muy propicio”, dice la productora. “Es el primer material que compré. Está claro que ha tardado en materializarse, pero he pasado nueve maravillosos años hasta conseguirlo”.
El productor Marc Abraham, de Strike Entertainment, también es un admirador de la novela. La idea de adaptarla para el cine le interesó e intentó hacerse con los derechos. Al saber que habían sido vendidos, se reunió con Hilary Shor y decidieron montar el proyecto juntos. Antes de que el director Alfonso Cuarón se interesara por él, el proyecto pasó por varios altibajos. “Alfonso es un director de gran talento, muy apasionado y con una visión inspiradora. Su llegada fue una inyección de energía para todos”, dice el productor Marc Abraham.
Mandaron un primer guión a Alfonso Cuarón, pero éste sólo leyó las primeras páginas. Más tarde, cuando estaba de vacaciones, en la antítesis del ambiente de HIJOS DE LOS HOMBRES, se acordó del proyecto. Recuerda: “Al principio no conecté con el guión, pero algo hizo mella. Estaba en la playa en Santa Bárbara cuando de pronto toda la película pasó delante de mis ojos”.
El director no se siente atraído por la técnica habitual de las películas de ciencia-ficción o futuristas. Prefirió crear un mundo basado en las premisas y los problemas actuales. Añade: “Con la excusa de que transcurre en un futuro ‘próximo’, me dio la posibilidad de hablar del presente. No quería rodar una película acerca del futuro, sino del presente, de las circunstancias actuales que moldean nuestro futuro”. Y acaba diciendo: “No es ciencia-ficción, es la historia de una persecución en el 2027”.
El director se puso en contacto con Timothy J. Sexton, su co-guionista habitual, y le habló de la película que había imaginado en la playa. Juntos intensificaron la visión desoladora que da la novelista de un mundo sin futuro y la convirtieron en un guión que podía rodarse.
P.D. James, la autora, había situado la novela a 30 años vista, pero los guionistas decidieron reducir este lapso de tiempo a 21 años, acercándolo aún más a nuestro mundo actual. De hecho, hay muchas cosas reconocibles en HIJOS DE LOS HOMBRES.
El director entró de lleno en el proyecto en 2001. Estaba empeñado en contar una historia relevante para este nuevo siglo XXI. En su opinión, muchas películas de ciencia-ficción describen un mundo oprimido por una dictadura. Sin embargo, la tiranía que imperaba en el mundo en el que Timothy Sexton y él se habían metido era del todo diferente: “Muchas películas futuristas se basan en un concepto al estilo de ‘Gran hermano’, pero me parece típico del siglo 20. La tiranía del siglo en el que vivimos se disfraza bajo otros epítetos, y uno de ellos se llama democracia. Me pareció interesante estudiar este concepto en HIJOS DE LOS HOMBRES”.
Tanto el director como el co-guionista llevaron a cabo una pequeña encuesta informal referente a lo que modela al mundo actual, y descubrieron que casi todas las respuestas contenían dos elementos principales: en primer lugar, la enorme emigración global (se calcula que las migraciones de los últimos diez años son las mayores de la historia de la humanidad) y, en segundo lugar, las consecuencias de más de 300 años de colonialismo. Estas circunstancias, unidas a las pandemias, el terrorismo internacional y los cambios meteorológicos, podrían ser signos precursores de un posible futuro parecido al que propone HIJOS DE LOS HOMBRES. El resultado es una historia ejemplar que transcurre, poética y literalmente, “pasado mañana”.
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